Existen mentes simples, de pensamientos ligeros, sin carga emocional ni racional. Basadas solo en lo que ven y sienten; una vida simple en realidad, pero, me pregunto, ¿qué pasa cuando la simpleza no aplica en una mente que conlleva en si un submundo?
Donde los pensamientos no son ligero sino que son una secuencia sistemática de evento precalculado previamente, donde los pensamiento son los que dominan la fe; un lugar el cual la carga emocional puede romper la carga racional, si esta secuencia se pierde en ese lugar, la maquinaria empieza de decaerse y comienza una autosubliminación de sentimientos oscuros y pensamientos no muy celebres.
Una mente capaz de ver el futuro, el pasado y el presente; en la cual se envuelve más en el futuro debido a la probabilidad que brinda este de ser cambiado y a su vez intenta darle orden y secuencia a ese futuro…
Con unos ojos que ven más allá de la carne y la piel, que ve la realidad de manera tal ningún ser pudiera aceptarla. Donde lo simple es solo la divagación de un pensamiento abstracto el cual solo puede ser visualizado en los sueños y no en el presente.
Un presente que no es una simple realidad, sino mas bien, una combinación de hechos precalculable unos tras unos, de manera tal, que nos ofrece la oportunidad de tener el control de todo lo que sucede en su entorno natural; dándonos la oportunidad de ser el amo de nuestros actos pero a su vez nos convierte en el esclavo inherente de sus fallos, de sus errores.
¿Qué ocurre cuando el futuro pierde su secuencia sistemáticamente?
Se desentrañan una serie de acontecimientos ajenos a esa secuencia, inexplicable desde el punto de vista humano, explicable desde el punto de vista de una bestia. Mientras todo pasa, la bestia disfruta de su festín, un festín de ira y rabia; mientras todo para, la bestia observa su réquiem, contemplando aquel réquiem que le recuerda quien realmente cree quien es pero no es, un réquiem provistos de colores extraños y de tonos los cuales se mezclan en una sustancia que al final llega a su desentono..
