sábado, 25 de septiembre de 2010

Ermitaño



La extensión de mi soberbia alcanza lo más profundo rincones de la conciencia, socavando hasta en lo más profundo de mi alma. Siendo en si objeto gravitado por mi vanagloria, todo me sabe amargo, carente de un sentido de interés… Pasando horas con mi soledad veo pasar el tiempo y cada día no entiendo y pierdo el sentido que tiene la palabra ser humano.


Orbitando en mi propio universo, este universo es solo como observar….peste… trozos de carnes pudriéndose todo el tiempo en vida, me da mucho asco mi propia naturaleza, pero por mi codicia he sido castigado con la existencia en un cuerpo que me repugna muchas veces.


Atado a esto llamado vida humana, sin serlo; tengo que tratar con criaturas interesantemente monótonas y predecible, dominando por el poder de algo tan falso llamado dinero, que hasta las palabra Dios, se vuelve incoherentemente angustiante, de la misma manera en que un hombre quemándose, ve una foto de una piscina estando el solo en el Sahara.


Soledad o humanidad, no sé porque optar por la segunda, porque la primera es más…tranquila, siendo una forma de vida algo egocéntrica, se disfruta mejor lo que realmente importa…La Existencia

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